15 oct 2013

Palabras

Hasta ayer no tenía palabras para describir con cierta precisión una escena como esta. Mejor dicho las tenía, pero no las sabía combinar. Lo primero que se le ocurre decir a uno es "el gato se estira", palabras chatas, simples, elementales. Hasta que viene un escritor y dice como al pasar "la escandalosa languidez con que se desperezan los gatos". ¡La puta que lo parió, qué acertada belleza! Esas palabras estuvieron siempre ahí, pero ¡ay!, uno carece de la habilidad para apresarlas y enhebrarlas con el oficio del orfebre que pule el lenguaje como si fuera una pieza de plata. Es por eso que uno no es un escritor como Juan Forn, a quien admiro.